domingo, 17 de junio de 2018

Buenas noticias para Anaya: ¡Ganó el Tri!

Hace unas horas, la selección mexicana de fútbol venció a la alemana por marcador de 1 a 0, a pesar de las muy bajas probabilidades.
Como la cochina política se ha de meter en todo, no tardó en meterse en esto también. Casi de inmediato circulaban en redes sociales expresiones como esta:

Si el anterior se limita a sugerir que ser el preferido no necesariamente garantiza el triunfo, el meme de abajo de al tiro parece afirmar que si eres el preferido, entonces vas a perder:


Esto ha provocado la respuesta de gente enterada en estadística, que nos aclara que nada que ver, que el triunfo de la selección mexicana y el triunfo de López Obrador son "eventos independientes". Dos eventos A y B son independientes si la probabilidad de que ocurra A es la misma cuando ocurre B y cuando no ocurre. En términos coloquiales: "nada que ver". En cambio, el evento "que usted no se haga maje y se presente a la casilla a votar" tiene alguna relación con el evento "llueve a cántaros": si llueve a cántaros la probabilidad de que usted cumpla con su responsabilidad cívica es sensiblemente menor que si el clima no es tan adverso (¡y eso!).
Así, antes del partido el agregador Oraculus  daba a López Obrador una probabilidad de triunfo de 95%. Si se trata de eventos independientes, después del partido dicha probabilidad es, ceteris paribus, exactamente la misma.
Podría ser que los seguidores de Anaya o Meade sencillamente estén tomando las cosas en sentido motivacional en vez  de predictivo: la ventaja de López Obrador es muy amplia y el triunfo de un equipo mediocre frente a un rival aparentemente imbatible les parece inspirador. Si este es el caso, parece un poco mezquino ponerse muy técnico.
Pero por lo demás, la objeción es muy razonable. Finalmente, ¿por qué el desempeño de la selección, por una vez en la vida aceptable, tendría que influir en el resultado de la elección? Es decir, tanto las decisiones estratégicas del equipo técnico como los años de entrenamiento de los jugadores individuales parecen tener una relación remota, si alguna, con las decisiones de los políticos y las políticas publicas que afectan más directamente cómo votamos.
Aunque tal vez a los votantes no les parece tan obvio, y entonces los resultados de la elección no son técnicamente independientes con respecto a la suerte de la selección en el mundial. Resulta que juzgar el desempeño del gobierno para definir premios y castigos electorales no siempre es fácil. Por esa razón, parece ser que una porción considerable de los votantes se centra en sus propias sensaciones de bienestar aún si estás son causadas por hechos en los que el gobierno no tuvo ninguna influencia. Se ha detectado, así, que la votación por el partido en el gobierno se ve influida por ataques de tiburones, los resultados de la lotería, y, sí, los resultados de eventos deportivos (aquí, aquí, aquí, aquí y, sobre su impacto en los conflictos sociales, aquí).
La influencia electoral de hechos que no son realmente indicativos de la competencia de nuestros gobernantes reduce la eficacia de los votantes para controlar a los gobernantes mediante las elecciones. Dicho esto, de los estudios mencionados se desprende que sucesos como el triunfo de la selección generalmente favorecen al partido en el gobierno, especialmente cuando son inesperados (como claramente es el caso), pero este efecto es normalmente reducido (de hasta dos puntos porcentuales) y de corto plazo. Es decir, para alterar el resultado, el triunfo de la selección tendría que haber sido en una fecha más próxima a la elección, en un escenario en el que el primero y el segundo lugar están muy próximos y el segundo lugar es el PRI. 
Aún así, el punto a destacar es que, por insensato que nos parezca que los eventos deportivos tengan relación con los resultados de las elecciones, no se puede dar por descontado que se trata de eventos independientes.


P.S. Decía Fukuyama que para buena parte de las críticas a "The end of history and the last man" la respuesta adecuada es "si vas a juzgar un libro, tendrías que leer algo más que el título". Guardadas las proporciones y sin pretender otra similitud con el gran politólogo, estoy pasando por una experiencia similar. El post ha recibido algunas críticas que propiamente aplican al autor anónimo del meme que motiva este post. En el fondo es un alivio: siempre es mejor eso que una crítica inteligente y dirigida al centro del argumento. En fin, lo lamentable del asunto es que algunas de estas críticas guiadas por la pereza son dirigidas a mi institución, FLACSO, por hacerme el favor de repostear desde su perfil de FB.
El post se queda como está, pero la lección es esta: considerar que el título y la primera imagen es todo lo que necesita mucha gente para sacar sus conclusiones.

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